martes, 18 de septiembre de 2012

A través de los ojos de la serpiente

Comienzo nada original para otro post:

De cara al muro, sentado en Zazen nuevamente. Un kusen (enseñanza oral) me atraviesa, dejando como resultado la certeza de que puedo confiar en partes de mi propio ser a las que pocas veces escucho atentamente. Una voz (interior) me dice "concentrate en un punto en las lumbares, justo detrás de tan tien inferior". Otra voz (o tal vez la misma) repite "Ohhmmmm".

¡Momento! ¡Esto no es Zazen!, dice mi costado más fundamentalista. Al carajo, al fin de cuentas, no tengo que rendirle cuentas a nadie por mi práctica...

Lo hago, sin esperar nada...

Ohhhmmmmm.....
Ohhhmmmmm.....
Ohhhmmmmm.....

¡Pum! Una energía tremenda se despierta en la base de mi columna, ascendiendo rápidamente hasta mi coronilla. Veo claramente la imagen de una serpiente de dos cabezas (o eran dos serpientes??)  trepando hasta mi cabeza por mi espalda. Cuando llega arriba, se abre una fuente de energía impresionante acompañada de una sensación de felicidad incomparable. Mis ojos ya no son mis ojos, estoy mirando a través de los ojos de la serpiente. Todo se ve nuevo, inmaculado. Es como volver a nacer.

Suena la campana. Terminó el zazen. Sigo sonriendo sin motivo. Soy Feliz.